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Los efectos de conducir bajo estrés

Ocupar el papel de conductor en la carretera supone estar en alerta constante, prestar atención a varias situaciones al mismo tiempo y tener el umbral de frustración realmente alto. Uno de los factores imprescindibles para lograr una mejora en la seguridad vial es conducir bajo niveles de estrés óptimos, así como manteniendo autocontrol.

El estrés tiene manifestaciones físicas que pueden dificultar y hasta anular, en los casos más extremos, las capacidades de conducción de una persona. Este tipo de manifestaciones pueden ser desde taquicardias, sudoración, respiración, mareo, hasta problemas en la visión, etc.


Tipos de estrés al conducir


El estrés generado por la conducción tiene 5 orígenes fundamentales. Antes de nombrarlos, aclarar que el efecto producido en las personas varía según el tipo de estrés. Esto significa que mientras que en las dos primeras causas el conductor asume una conducta agresiva, el resto pueden producirle miedo y una considerable ansiedad.

  • Estrés por las condiciones de la vía: elevado nivel de tráfico, mal estado de las vías, falta de señales de tráfico, etc.

  • Estrés como hábito de vida: personas que presentan estrés en el trabajo, hogar, relaciones personales, etc. Este tipo de personas descargan todo ese estrés en la carretera, conduciendo.

  • Estrés por estar aprendiendo a conducir.

  • Estrés por haber sufrido o presenciado un duro accidente de tráfico. También conocido como trastorno de estrés post traumático.

  • Estrés por presentar amaxofobia (miedo a conducir). Este origen se considera una patología.

¿Cómo evitar el estrés al conducir?

  • Tratar de dejar los problemas de la vida diaria a un lado cuando se conduce. Muchas personas desahogan sus emociones al conducir, provocando un alto riesgo en la seguridad vial de la carretera.

  • Salir con tiempo suficiente para llegar a tu destino evita que te suba el nivel de cortisol en sangre, es la hormona del estrés. Aprende a calcular el tiempo promedio que tardas en llegar a los lugares que frecuentemente visitas.

  • No conducir con fatiga. Es fundamental tener esto en cuenta, revisa tus hábitos de sueño y el nivel de cansancio que manejas en tu día a día.

  • Regular la temperatura del vehículo. Un exceso de calor mientras permaneces dentro del coche puede causar desesperación.

  • Busca nuevas rutas o caminos alternativos. Si crees que la ruta que tomas todos los días es caótica y te llena de estrés, toma nuevos atajos que te hagan el camino más fácil.

  • Frente a un atasco, adopta una actitud tolerante y paciente. Pitar genera estrés y no soluciona nada. Lo mejor que puedes hacer es relajarte, pero sin distraerte.

  • Conducir despacio. Si estás acelerado mientras conduces, tendrás una actitud más agresiva y peligrosa con los demás conductores y personas que caminan por la vía.

Conducir un vehículo no solo requiere habilidad, práctica y concentración, también mucha paciencia. Recuerda que no estás solo en la vía, cuida del resto de agentes viales al igual que ellos cuidan de ti y así reducirás la siniestralidad vial.

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