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¿Olvidamos nuestros recuerdos al crecer?


El primer beso, la primera caída en bicicleta o hasta el primer cero en la clase de lenguaje son recuerdos importantes que marcan el rumbo de tu vida. Bueno, quizás la caída y el cero no sean gratos de recordar, pero te guste o no constituyen un guía y son parte de ti . ¿Cómo la hacen? Para el psicólogo Juan Fernando Rodríguez, el recuerdo es como una huella en la vida de la personas. En medida de la calidad de tales evocaciones se proyecta la adultez. Es decir, si se conservan remembranzas de una infancia feliz, en palabras del profesional, la persona podrá convertirse en un adulto feliz.


El escenario es distinto si la infancia mantiene episodios poco agradables. ¿Pero cómo recordar esa primera caída en bicicleta puede marcar tu vida? Pues bien, en ese punto entra en juego la familia. Para la psicóloga María del Carmen Valenzuela, los seres humanos estamos hechos de historias. Es decir, que existe todo una tradición oral que mediante la narración de sucesos ayudan a la persona a redimensionar lo que vive. Para Valenzuela, los recuerdos son construidos, tienen mucho de lo que los otros cuentan o hasta de lo que se ve en fotografías.


Por eso, cuando tratas de recordar tu caída en bici 20 años después es muy probable que no experimentes el mismo sentimiento que tenías una semana después del accidente. Pero eso es parte de la salud mental de cada persona, pues asimilar lo que se vive, reflexionarlo y hasta escucharlo de los otros es una apuesta real por asimilar la vida con sus pros y contras. Lo que en última instancia posibilita una madurez y equilibrio emocional que ayuda al crecimiento del ser humano. De cualquier forma, mientras tengas vida los recuerdos seguirán ahí. Tranquilo. Si No sufras, sí podrás olvidar a tu ex o al profe de lenguaje que te puso ese primer cero en algún momento.


Afortunadamente existe algo que se llama olvido y también forma parte de los recuerdos de cada persona, al igual que la memoria. El olvido es un factor importante para liberar la capacidad de almacenamiento de la memoria. Aunque no debes esperar que olvide todo por completo, especialmente la vez que fallaste el penal del campeonato. Bueno. Eso tomará un poco más de tiempo.


Por otro lado, la memoria es la encargada de guardar lo mejor que sucede en tu vida y también aquello que no. Pero para que exista esta especie de cofre enorme que almacena todo lo que se va viviendo se necesita un hábito de evocar los recuerdos, sobre todo los mejores, según Rodríguez. ¿Con que objeto? Simple. Para Valenzuela, los recuerdos posibilitan que los vínculos sociales se afiancen. Quizás por ello recuerdes con agrado al vecino que te ayudó a levantarte cuando te caíste de la bici o a tu mejor amigo cuando te propuso ayudarte en la tarde para mejorar ese cero en lenguaje.


Desde aquel momento tales personas pueden convertirse en testigos importantes de episodios valiosos de tu vida y que lograron enseñarte valores como la solidaridad y la empatía. Por ello Rodríguez cree que es conveniente que las personas vuelvan a utilizar elementos que les ayuden a recordar su vida, como un diario. Fuente: ElComercio.com

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